En el ámbito empresarial, una inversión consiste en dedicar una serie de recursos financieros a la adquisición de activos con la intención de obtener una rentabilidad futura mayor a la actual en lugar de satisfacer una necesidad inmediata.
Clasificamos las inversiones empresariales en distintos tipos:
SEGÚN EL TIPO DE INVERSIÓN REALIZADA
Real: Activos económicos (o productivos) tangibles o intangibles necesarios para el desarrollo de la actividad empresarial.
Financiera: Son activos financieros (acciones, depósitos…) adquiridos con la única intención de obtener dividendos o una rentabilidad futura.
SEGÚN LA FINALIDAD DE LA INVERSIÓN
De reposición: Sirven para reemplazar activos estropeados o que simplemente han tenido mucho uso.
Expansiva: Permiten aumentar la capacidad productiva y fomenta el crecimiento empresarial.
Estratégica: Sustituyen activos obsoletos para actualizar y hacer más competitiva a la empresa.
SEGÚN SU DURACIÓN EN LA EMPRESA
Inversiones a corto plazo: Duran menos de un ejercicio económico (1 año).
Inversiones a largo plazo: Permanecen más de un ejercicio económico (1 año).
SEGÚN SU RELACIÓN CON OTRAS INVERSIONES
Sustitutiva: Al realizarla dificulta que se puedan realizar otras.
Complementaria: Permite que una inversión anterior tenga utilidad o facilita que se puedan producir otras.
Independiente: Ni dificulta ni facilita que se puedan realizar otras.
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