Cuando pedimos o prestamos dinero, se suele recibir un interés. El interés se puede definir como la retribución obtenida por aplazar nuestro consumo actual, es decir, el precio recibido por haber prestado nuestro dinero durante un período de tiempo.
¿Qué vale más, 100 euros hoy o al cabo de un año?
Si los tienes hoy podrás, por ejemplo, depositarlos en un banco y en el futuro recibirás los 100 € más un interés, por lo que hoy valdrían más. Esto es conocido como el principio de preferencia de liquidez:
PRINCIPIO DE LIQUIDEZ: A igualdad de cantidad, los bienes más cercanos en el tiempo se prefieren a los disponibles en momentos más lejanos. Dicho de una forma más simple: “un euro hoy vale más que mañana”.
Las personas y empresas al prestar su dinero, exigen a cambio un interés como contraprestación. Esto se debe a varias causas:
Por el riesgo que se asume al prestarlo
Por la depreciación del valor del dinero (inflación)
Por la falta de disponibilidad al desprendernos de él.
FACTORES QUE AFECTAN AL CAPITAL FINAL DE UNA INVERSIÓN
El montante o “capital final” (Cn) dependerá de varios factores:
El dinero prestado o “capital inicial” invertido (C0)
El tanto por ciento de interés acordado en la operación (i)
El tiempo que dura la operación (n).
En la siguiente imagen, te explicamos como se obtiene la fórmula para calcular el montante o capital final (Cn) de una inversión para cualquier año (n), a partir de un capital inicial (C0) y un tipo de interés dado (i):
Al igual que podemos llevar un capital inicial desde el presente hacia el futuro mediante el proceso de capitalización, también podemos calcular la equivalencia entre un valor futuro y actual. Este proceso recibe el nombre de actualización.
Veremos la diferencia entre capitalización y actualización y su representación gráfica en la siguiente entrada de este blog.